Investigación de la escena del crimen

El primero en llegar al lugar de los hechos

A pesar de las diferencias entre los lugares de los hechos, existe un procedimiento estándar para garantizar que el lugar de los hechos se trate de forma adecuada, aunque puede variar entre los distintos países y jurisdicciones. Cuando se informa inicialmente de un delito, el primer agente que acude al lugar de los hechos tendrá que realizar una serie de tareas mientras espera la llegada del resto del personal. El agente de primera línea debe realizar una evaluación inicial de la situación, ocupándose de cualquier emergencia que sea necesaria. Las personas presentes en el lugar de los hechos, incluidos los testigos y los sospechosos, deben ser retenidas, por si fuera necesario realizar algún interrogatorio o incluso una detención. El agente de policía puede entrevistar informalmente a cualquier persona relevante para determinar si se ha cometido realmente un delito y si es necesario prestar cualquier tipo de ayuda de emergencia, como por ejemplo, llamar a los paramédicos. Si se prestan los primeros auxilios, el agente debe tomar nota de todo lo que se altere durante los esfuerzos por salvar la vida, como el movimiento de las víctimas o de los objetos. Cuando el personal de apoyo científico llegue al lugar de los hechos, el agente de policía científica compartirá con ellos toda la información pertinente que haya obtenido.

Preservación de la escena del crimen

Se establecen las barreras del lugar del delito, asegurándose de que se incluyen todas las pruebas vitales y las entradas y salidas, y se coloca una barrera física alrededor del lugar. Esta barrera puede ser una cinta para la escena del crimen, agentes de policía haciendo guardia, barricadas o vehículos. Esta barrera controla esencialmente quién entra en el lugar de los hechos, con el objetivo de excluir a todo el personal no esencial. Se elabora un registro en el que se anotan todas las personas que cruzan la barrera y las horas a las que entran y salen. Dado que el lugar de los hechos y sus pruebas pueden estar parcial o totalmente expuestos a los elementos, puede ser necesario protegerlos de los daños causados por la intemperie. Para ello, basta con utilizar cajas de cartón limpias para cubrir las zonas pertinentes o, en algunos casos, se puede montar una tienda de campaña. Todas las personas que entren en el lugar de los hechos deben llevar la ropa de protección adecuada, que puede consistir en un mono, guantes de látex, zapatos de papel e incluso una mascarilla. Al abandonar el lugar de los hechos, toda la ropa de protección que se haya utilizado durante la investigación deberá recogerse para su análisis, a fin de evitar el riesgo de que se pierdan valiosos indicios.

Procesamiento de la escena del crimen

Durante la búsqueda sistemática de pruebas, el investigador principal suele asignar a personas a determinadas zonas del lugar del delito mientras pasa por alto la búsqueda y la recogida de pruebas. La forma de procesar la escena del crimen suele estar determinada por la naturaleza del mismo. Los lugares de los hechos en interiores se registrarán simplemente habitación por habitación, mientras que los lugares de los hechos en exteriores pueden requerir una pauta de búsqueda más detallada. Hay una serie de pautas de búsqueda que pueden seguirse:

  • Registro en línea, en fila o en franja: los agentes forman una línea y avanzan de lado a lado, cubriendo juntos toda la escena.
  • Búsqueda en espiral: el investigador comienza en el epicentro de la habitación y se desplaza hacia fuera en forma de espiral. O bien, el investigador comienza en el borde de la escena y se desplaza en espiral hacia el centro.
  • Búsqueda en rueda: los investigadores comienzan en el epicentro de la escena y se desplazan hacia el exterior, cada uno en línea recta en una dirección diferente.
  • Búsqueda por zonas o cuadrantes: la escena se divide en partes más pequeñas y manejables que se registran individualmente.

Registro de la escena del crimen

Antes de que se mueva o incluso se toque nada, todo el lugar de los hechos debe documentarse completamente para garantizar que existe un registro permanente del lugar en el estado en que se encontró. Esta documentación puede incluir notas escritas, fotografías, grabaciones de vídeo y bocetos. Se tomarán notas exhaustivas de cada elemento de prueba física recuperado en el lugar de los hechos, incluyendo el lugar en el que se encontró, quién lo recogió y en qué momento, y una descripción del propio elemento. También se tomarán notas generales sobre el lugar de los hechos, incluyendo detalles ambientales, información sobre el estado en que se encontró el lugar y cualquier otro detalle que pueda ser relevante. A menudo se utilizan croquis para mostrar la ubicación, las dimensiones y la orientación de los objetos significativos encontrados en la escena, así como las medidas pertinentes. La fotografía es quizás la forma más importante de documentación del lugar del delito, ya que produce un registro visual permanente del lugar del delito y de las pruebas descubiertas. Deben tomarse amplias fotografías de todas las zonas del lugar del delito y de todos los elementos de prueba recogidos.

Recuperación de las pruebas físicas

Una vez finalizada la documentación del lugar de los hechos, los agentes del lugar de los hechos pueden proceder a recoger las pruebas físicas del lugar. La naturaleza de las pruebas determinará el método de recogida y la forma de contenerlas. Puede ser necesario centrarse en la recogida de determinadas pruebas en primer lugar, es decir, elementos que puedan ser especialmente frágiles o valiosos para la investigación. Si hay un cadáver en el lugar de los hechos, a menudo será imposible tocar o mover a la víctima hasta que haya llegado al lugar el especialista necesario, como el patólogo. Antes de transportar el cuerpo al depósito de cadáveres, se pueden fijar bolsas de plástico sobre la cabeza, las manos y los pies para evitar la pérdida de rastros.

Embalaje de las pruebas físicas

Al igual que ocurre con los métodos de recuperación, el embalaje y el almacenamiento de las pruebas físicas dependen de la naturaleza de las mismas. Todos los elementos recogidos deben ser embalados, almacenados y transportados de forma que se evite cualquier cambio o daño entre el momento en que se recuperan y el momento en que los recibe el laboratorio. Los objetos pequeños y secos pueden doblarse en papel y luego sellarse en bolsas de polietileno, mientras que los objetos húmedos deben sellarse en bolsas de polietileno y congelarse, especialmente si contienen posibles muestras biológicas. Cada elemento recogido debe colocarse en un contenedor separado para evitar daños por contacto y contaminación cruzada. Por último, todos los elementos de prueba física deben ser etiquetados con cualquier información que permita identificarlos, además del lugar en el que se encontraron, el delito al que se refieren y la fecha y la firma de todas las personas que participaron en su recuperación.

Elias, U., & Sienkiewicz-Charlish, A. (Eds.). (2014). Crime scenes: Modern crime fiction in an international context. Peter Lang AG.
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