La psicopatía en los niños
Los psicópatas son diferentes, tienen un temperamento diferente al de los demás niños y corren un mayor riesgo de delinquir. Según el Dr. David Lykken, genetista del comportamiento, ha examinado las estadísticas sobre delincuencia juvenil y concluye que sólo unos pocos niños con tendencias antisociales han nacido con esa predisposición. Son intrépidos y probablemente tienen un sistema de inhibición del comportamiento débil. Sin embargo, Lykken sostiene que la mayoría de los comportamientos antisociales de los niños son causados por una mala crianza: padres ausentes y madres que no socializan adecuadamente a su hijo. Quizás el niño les frustra o quizás sus habilidades parentales son deficientes, en cualquier caso, el niño se comporta mal. Lykken llama a estos niños sociópatas y cree que podemos reducir su número con mejores habilidades sociales. Reconoce los estudios sobre gemelos que apoyan la opinión de que la criminalidad tiene un factor de heredabilidad sustancial, pero afirma que rasgos como la intrepidez, la agresividad y la búsqueda de sensaciones, que contribuyen al comportamiento antisocial, pueden canalizarse adecuadamente hacia cosas mejores. Depende de los padres hacerlo, y cuando la crianza falla, el niño con esos rasgos puede expresarlos a través de la violencia. En otras palabras, en su opinión, incluso el niño más propenso a la psicopatía a través de rasgos heredados puede ser guiado a través de una buena crianza hacia el uso de esos rasgos en formas prosociales.
Algunos estudios sobre el cerebro sugieren que los psicópatas tienen actividades cerebrales anormales. Hacen ciertas conexiones más lentamente que otros niños, muestran menos miedo al castigo y parecen necesitar hacer cosas que exciten su sistema nervioso, como comportamientos de búsqueda de emociones. Algunas de las conclusiones son las siguientes:
- Los adolescentes que obtuvieron una puntuación alta en el dispositivo de detección de la psicopatía mostraron una menor respuesta a las señales de angustia en las diapositivas que se les mostraron, lo que indica una respuesta anormal, también mostraron una menor respuesta a las imágenes de miedo y a las amenazas.
- Los rasgos de personalidad relacionados con la psicopatía se correlacionan con la dificultad para procesar la información emocional.
- Los psicópatas responden en exceso a los distractores, mostrando una menor capacidad de concentración y déficits cognitivos en la activación del hemisferio izquierdo.
- Los psicópatas hablan en voz más baja que los demás y tienden a no diferenciar entre palabras neutras y afectivas, lo que quizás significa que son insensibles a las connotaciones emocionales del lenguaje.
- Los adolescentes psicópatas responden más fuertemente a la recompensa que los no psicópatas, manteniendo las actividades que producen recompensa durante más tiempo.
¿Cómo se manifiesta la psicopatía infantil?
La psicopatía -principalmente como TPA- se ha relacionado con los problemas de conducta en los niños, pero hay tantos trastornos de conducta que se solapan que el concepto resulta confuso. Los especialistas son conscientes de que, dada la personalidad en desarrollo y cambiante del niño, es difícil diagnosticar los trastornos mentales entre los adolescentes. Además, algunas manifestaciones conductuales comunes en la juventud, como la ira, la inestabilidad del estado de ánimo y el desafío, coinciden con los síntomas de los trastornos, por lo que es difícil saber cuándo este comportamiento en un individuo concreto es una etapa pasajera o una preocupación grave.
Por si esto no fuera lo suficientemente complicado, la psicopatía también se ha relacionado con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH o ADD). Este diagnóstico ha cambiado un poco a lo largo de los años y las nuevas investigaciones siguen perfeccionándolo. En muchos aspectos, representa dos problemas distintos, aunque parecen estar relacionados. Los niños pueden tener TDAH-principalmente inatención, TDAH-principalmente comportamiento impulsivo/hiperactivo, o un tipo mixto que incorpora atributos de ambos. La falta de atención suele identificarse en niños para los que casi todo les distrae. La desorganización es habitual y el niño puede perder objetos personales con frecuencia. Incluso cuando se le habla directamente, el niño puede no prestar atención y ser incapaz de proporcionar información cuando se le pide. Los niños hiperactivos suelen tener pequeñas dificultades en la escuela.
No es cierto que un niño diagnosticado como trastorno de la conducta se convierta inevitablemente en un adulto con TPA. La relación entre ambos es más complicada. Hasta dos tercios dejan de tener un comportamiento destructivo al llegar a la edad adulta. El trastorno de conducta puede ser una condición previa para el TPA, pero no lo predice. Los factores de riesgo de que un niño que presenta un trastorno de la conducta continúe comportándose de forma antisocial parecen estar relacionados con 1) comportamientos hiperactivos e impulsivos, 2) un inicio temprano del comportamiento antisocial, 3) la comisión de diferentes tipos de comportamientos antisociales y 4) la presentación de comportamientos antisociales en diferentes entornos. La edad de inicio parece ser primordial. En resumen, la relación entre el TPA y los trastornos de conducta se basa en una serie de factores complicados. Sin embargo, algunos investigadores han adoptado un enfoque diferente, identificando la mayoría de estos factores complicados como manifestaciones de un único constructo: la psicopatía infantil. Los rasgos infantiles más destacados de la psicopatía son la grandiosidad, la irresponsabilidad y la susceptibilidad al aburrimiento; estos también se asociaron en los niños con problemas de conducta.
Teoría del apego
Muchos investigadores del campo del desarrollo infantil apoyan la teoría del apego como explicación de por qué los niños se vuelven violentos. «El desarrollo infantil es fundamentalmente social», dice el Dr. James Garbarino, autor de Lost Boys: Why Our Sons Turn Violent and How We Can Save Them. «Los niños necesitan establecer una conexión a través de la entrada en una relación». Señala que la mayoría de los niños que matan son incapaces de conectar. La relación con los padres amorosos se convierte en una importante mediación entre el niño y el mundo exterior. Las variedades de apego se caracterizan como:
- Seguro
- Inseguro/Evasivo
- Inseguro/Ambivalente
- Desorganizado/Desorientado
Los niños pueden volverse cautelosos, angustiados, desconfiados, resistentes o enfadados si no tienen un apego seguro en los primeros nueve meses de vida. Los estudios demuestran que los niños con un apego seguro tienden a ser más competentes y a estar mejor adaptados en el futuro. Es posible que la psicopatía infantil se forme en esta etapa crucial, especialmente si existe una predisposición neurológica en términos de falta de inhibición del comportamiento y búsqueda de sensaciones.
Hasta que no tengamos una mayor claridad sobre esta cuestión, tenemos que seguir confiando en la detección del psicópata infantil antes de que se convierta en un adulto criminal.