Los principios de propaganda de Goebbels

El Dr. Joseph Goebbels, además de ser un personaje intrigante, fue el Ministro de Propaganda del Tercer Reich de Hitler. Fue reconocido como un maestro de la propaganda, ya que su trabajo fue estudiado después de la Segunda Guerra Mundial. Goebbels no sobrevivió para disfrutar del reconocimiento; él y su esposa se suicidaron el 1 de mayo de 1945, una semana antes del colapso final del Tercer Reich.

Después de la guerra, el personal estadounidense descubrió un diario muy extenso dictado por Goebbels. En él están sus principios de propaganda. El artículo de Leonard Doob de 1950 los detalla a partir de una traducción del diario realizada por Louis Lochner (1948).

¿Cuál fue el origen de estos principios?

La propaganda tiene más matices que la difusión de información errónea, pero incluye el periodismo que enfatiza el efecto positivo mientras resta importancia u omite los aspectos negativos, la distracción de los hechos, el uso de símbolos psicológicos y la ocultación de las fuentes, además de la difusión de mentiras. La propaganda es una herramienta que utilizan los gobiernos democráticos, la cooperación y las organizaciones políticas, por nombrar sólo algunas.

Dependiendo de la ideología, la propaganda puede utilizarse tanto de forma positiva como negativa. Jowett y O’Donnell (2014) definen la propaganda como una «…forma de comunicación que intenta lograr una respuesta que fomente la intención deseada», e incluye elementos de manipulación y un plan sistemático para lograr un propósito. Estos principios de propaganda de Goebbels se ha basaron en los extraídos de Jowett y O’Donnell.

  • Evitar las ideas abstractas – apelar a las emociones.
  • Repetir constantemente unas pocas ideas. Utilizar frases estereotipadas.
  • Dar sólo un lado del argumento.
  • Criticar continuamente a los oponentes.
  • Elegir un «enemigo» especial para vilipendiarlo.

¿Cuáles eran los principios que Goebbels defendió?

La propaganda funciona mejor cuando los que son manipulados confían en que están actuando por su propia voluntad. Las bases suelen ser mucho más primitivas de lo que imaginamos. Por lo tanto, la propaganda debe ser siempre esencialmente simple y repetitiva. Piensa en la prensa como un gran teclado en el que el gobierno puede jugar. No sería imposible demostrar con suficiente repetición y una comprensión psicológica de las personas afectadas que un cuadrado es en realidad un círculo. Son meras palabras, y las palabras pueden moldearse hasta revestir las ideas y disfrazarlas.

Estos serían los principios que guiarían la conducción de las operaciones de propaganda:

  1. Los propagandistas deben tener acceso a la información sobre los acontecimientos y la opinión pública.
  2. La propaganda debe ser planificada y ejecutada por una sola autoridad.
    1. Debe emitir todas las directivas de propaganda.
    2. Debe explicar las directivas de propaganda a los funcionarios importantes y mantener su moral.
    3. Debe supervisar las actividades de otros organismos que tengan consecuencias propagandísticas.
  3. Las consecuencias propagandísticas de una acción deben tenerse en cuenta al planificarla.
  4. La propaganda debe afectar a la política y las acciones del enemigo.
    1. Mediante la supresión de material propagandístico deseable que pueda proporcionar al enemigo información útil.
    2. Difundiendo abiertamente propaganda cuyo contenido o tono haga que el enemigo saque las conclusiones deseadas.
    3. Incitando al enemigo a revelar información vital sobre sí mismo.
    4. No haciendo referencia a una actividad enemiga deseada cuando cualquier referencia desacreditaría dicha actividad.
  5. La información operativa desclasificada debe estar disponible para implementar una campaña de propaganda.
  6. Para ser percibida, la propaganda debe evocar el interés de una audiencia y debe ser transmitida a través de un medio que llame la atención.
  7. Sólo la credibilidad debe determinar si la producción de propaganda debe ser verdadera o falsa.
  8. La finalidad, el contenido y la eficacia de la propaganda enemiga; la fuerza y los efectos de una exposición; y la naturaleza de las campañas de propaganda actuales determinan si la propaganda enemiga debe ser ignorada o refutada.
  9. La credibilidad, la inteligencia y los posibles efectos de la comunicación determinan si los materiales de propaganda deben ser censurados.
  10. El material de la propaganda enemiga puede utilizarse en las operaciones cuando ayuda a disminuir el prestigio de ese enemigo o presta apoyo al propio objetivo del propagandista.
  11. Se debe emplear la propaganda negra en lugar de la blanca cuando esta última sea menos creíble o produzca efectos indeseables.
  12. La propaganda puede ser facilitada por líderes con prestigio.
  13. La propaganda debe ser cuidadosamente programada.
    1. La comunicación debe llegar al público antes que la propaganda de la competencia.
    2. Una campaña de propaganda debe comenzar en el momento óptimo.
    3. Un tema de propaganda debe repetirse, pero no más allá de un punto de eficacia decreciente.
  14. La propaganda debe etiquetar los acontecimientos y las personas con frases o eslóganes distintivos.
    1. Deben evocar respuestas que el público posea previamente.
    2. Deben poder aprenderse fácilmente.
    3. Deben utilizarse una y otra vez, pero sólo en situaciones apropiadas.
    4. Deben ser a prueba de boomerang.
  15. La propaganda para el frente interno debe evitar que se generen falsas esperanzas que puedan ser desbaratadas por los acontecimientos futuros.
  16. La propaganda para el frente interno debe crear un nivel óptimo de ansiedad.
    1. La propaganda debe reforzar la ansiedad respecto a las consecuencias de la derrota.
    2. La propaganda debe disminuir la ansiedad (que no sea la relativa a las consecuencias de la derrota) que sea demasiado elevada y que no pueda ser reducida por la propia gente.
  17. La propaganda hacia el frente interno debe disminuir el impacto de la frustración.
    1. Hay que anticipar las frustraciones inevitables.
    2. Las frustraciones inevitables deben relativizarse.
  18. La propaganda debe facilitar el desplazamiento de la agresión especificando los objetivos del odio.
  19. La propaganda no puede incidir inmediatamente en las fuertes contra-tendencias, sino que debe ofrecer alguna forma de acción o de distracción, o ambas.

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