Homo Criminalis

“Homo Criminalis” es una obra fascinante que nos sumerge en el análisis actual de la agresión humana y la violencia en nuestra sociedad. Escrito por Paz Velasco de la Fuente, una criminóloga y jurista especializada en personalidad psicopática y delitos violentos, este libro aborda tanto los delitos tradicionales como las nuevas formas de criminalidad que han surgido en nuestra era contemporánea.

El libro examina cómo la delincuencia y los crímenes violentos reflejan la sociedad en la que vivimos, ofreciendo una perspectiva multifacética del crimen a través de los medios de comunicación, el ciberespacio y las redes sociales. Los lectores se adentrarán en los detalles de la escena del crimen, el desarrollo de las investigaciones policiales, las declaraciones de los investigados y las sentencias, proporcionando una visión completa y detallada del fenómeno criminal.

Paz Velasco analiza temas inquietantes y contemporáneos como los copycat killers, la agresión sexual grupal, el sicariato femenino, la misoginia online de los incels y la cibercriminalidad social. Estos nuevos tipos de criminalidad son un reflejo del avance de nuestra especie y colectividad, tal como lo sugirió Lacassagne al afirmar que “cada sociedad tiene la delincuencia que se merece”.

Además de su labor como autora, Paz Velasco es profesora en el grado de Criminología y Ciencias de la Seguridad en la Universidad Internacional de Valencia, donde también imparte clases en otros dos másteres. Su blog, criminal-mente.es, y el posterior podcast “Criminal-mente,” demuestran su pasión por la criminología y la divulgación científica.

“Homo Criminalis” es un libro recomendado tanto para aficionados como para profesionales del sector. La obra no solo proporciona un conocimiento profundo de la criminología, sino que también invita a los lectores a reflexionar sobre la naturaleza de la violencia y el crimen en el contexto actual. Con una narrativa accesible y bien estructurada, Paz Velasco de la Fuente nos guía a través del apasionante y a menudo escalofriante mundo de la criminología, ayudándonos a comprender mejor la complejidad del comportamiento criminal en nuestra sociedad moderna.

«La agresividad, entendida como un proceso adaptativo y defensivo ante un peligro o una amenaza que es común entre los seres vivos, es un rasgo humano, como la empatía, la bondad o la compasión»

,señala Paz Velasco de la Fuente, criminóloga y autora del libro «Homo Criminalis», cuando hablamos de homicidas. «Todos somos agresivos, pero no todos somos violentos», puntualiza. Entendemos como «violencia» una agresividad alterada cargada de significados socioculturales, y que no se despliega de manera automática, sino de modo intencionado con la finalidad de hacer daño, siendo esta aprendida culturalmente. «Por eso la gran mayoría de nosotros no somos asesinos, aunque todos tengamos la capacidad de matar». España tiene una tasa de homicidios de un 0,66%, por debajo de la media europea, lo que significa que nuestro país tiene menos de 400 homicidios al año y es, también, el quinto del mundo con menos agresiones con resultado de muerte a mujeres por parte de su pareja o expareja. Vivimos en uno de los países más seguros del mundo y, pese a ello, los delitos violentos preocupan enormemente a la sociedad. Continuamente somos bombardeados por noticias de homicidios y agresiones, documentales sobre asesinos en serie, crímenes reales, películas y series de asesinatos… La fascinación del «true crime».

«La violencia es el precio de la libertad», explica Paz, «por eso aspirar a la violencia cero es una meta utópica e imposible». Solo despojando al hombre de sus libertades, de sus emociones y sus pasiones, de todo aquello que, precisamente, lo hace humano se podría acabar totalmente con la violencia. «La agresión humana es una respuesta», expone. «Se agrede y violenta por celos, por venganza, por envidia, por avaricia, por deseo, por codicia… Es imposible prevenir y evitar toda violencia». «Los monstruos existen», nos dice.

El riesgo mediático

Desde Jack el destripador o el Asesino del Zodiaco, pasando por el autor del asesinato de la Dalia Negra, que nunca fue atrapado, o Unabomber, capturado precisamente gracias a la publicación de su manifiesto, la relación de los grandes homicidas y asesinos en serie con la Prensa ha sido estrecha: envío de cartas, de pruebas, llamadas, avisos, acertijos. En nuestro país, Ana Julia Quezada, asesina del niño Gabriel, envió cartas a la Prensa justificándose, y Rosa Peral, coautora del asesinato de su novio, intervenía recientemente en un programa de televisión proclamando su inocencia. «Se necesitan», cuenta la autora de «Homo Criminalis». «Unos ven así saciada su ansia de notoriedad, de fama y reconocimiento. Los otros ofrecen al público lo que desea y reclama, espectáculo, y obtienen un lucro con ello». El tratamiento mediático de determinados crímenes acaban convirtiendo a los asesinos en celebridades. Algunos de ellos, con rasgos narcisistas en su perfil psicopático, encuentran satisfacción en la atención desmedida, pero esta puede llegar a despertar en otros un afán por conseguir esa misma notoriedad, produciéndose la aparición de los «copycat», término criminológico con el que se conoce a los asesinos imitadores de otros asesinos.

Valdeón, J., & Argudo, R. (2021, marzo 21). «Homo criminalis»: El mal no tiene sexo. La Razón.

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