Evidencias digitales

La revolución digital, impulsada por la expansión de Internet, ha transformado radicalmente la forma en que interactuamos con el mundo. En particular, las últimas décadas han presenciado un crecimiento exponencial en el acceso y uso de la World Wide Web, democratizando la información de manera sin precedentes. Esta transición ha permitido que personas con diversos grados de conocimiento en tecnologías de la información y comunicación (TIC) puedan explorar y beneficiarse de las vastas oportunidades que ofrece Internet. Como resultado, una porción significativa de nuestra existencia, incluyendo aspectos sociales, profesionales y personales, se ha trasladado a este espacio virtual, convirtiéndose en una extensión inseparable de nuestras vidas. Sin embargo, este cambio no solo ha sido positivo, ya que, paralelamente, la delincuencia ha encontrado en Internet un nuevo escenario para operar.

¿Qué entendemos por evidencias digitales?

Las evidencias digitales representan el equivalente virtual de las huellas que los delincuentes dejan en el escenario de un crimen en el mundo físico. Estas pruebas digitales abarcan toda información o dato de relevancia para una investigación, que ha sido almacenado, recibido o transmitido a través de dispositivos electrónicos. Ejemplos de esto incluyen mensajes de texto, correos electrónicos, imágenes, vídeos y registros de actividad en línea, así como metadatos, sensores de dispositivos y sistemas de identificación biométrica como el reconocimiento de patrones, huellas dactilares o facial. Esta diversidad de evidencias digitales permite a los investigadores desentrañar aspectos críticos de un crimen, tales como la intención, ubicación, tiempo, identidad del perpetrador, su relación con la víctima y conexiones con otros sospechosos. Los crímenes que pueden ser investigados mediante estas evidencias varían desde intrusiones informáticas, fraude y robo de propiedad intelectual, hasta delitos más graves como la pornografía infantil, el acoso en línea, el acoso sexual y crímenes violentos.

Beneficios clave de las evidencias digitales

  1. Integridad y duplicación: Las evidencias digitales permiten la creación de copias exactas, facilitando su análisis sin comprometer la autenticidad de los originales. Este proceso asegura que las investigaciones puedan proceder sin dañar las pruebas genuinas.
  2. Autenticidad y manipulación: Con herramientas especializadas, es posible determinar si los archivos han sido alterados o manipulados, comparándolos con sus versiones originales, lo cual es crucial para mantener la credibilidad de la evidencia.
  3. Recuperabilidad: Aunque los datos parezcan eliminados o los discos duros formateados, las evidencias digitales son notoriamente difíciles de destruir completamente, ofreciendo posibilidades de recuperación incluso en situaciones que parecen irreversibles.
  4. Persistencia: Incluso cuando los archivos originales se destruyen, es posible que existan copias o fragmentos de datos en lugares inesperados, ampliando el alcance de la investigación.

¿Qué nos puede aportar esto?

  • Saber si hay uno o varios delincuentes y si se ha cometido uno o varios delitos.
  • Obtener características probables de los delincuentes que ayuden a su identificación.
  • Establecer un grupo reducido de posibles sospechosos en base a la destreza informática del delincuente, la facilidad de acceder a determinada víctima u objetivo, y otras características técnicas.
  • Conocer la motivación del delincuente
  • Revelar el modus operandi y la firma para detectar comportamientos relacionados.
  • Evaluar la peligrosidad del delincuente.
  • Encontrar otras fuentes de pruebas adicionales.

La importancia de una investigación conjunta

La capacidad de identificar a los delincuentes, entender sus motivaciones, y revelar su modus operandi abre la puerta a una serie de posibilidades investigativas. Esto incluye desde el establecimiento de perfiles probables de los perpetradores hasta la reducción del círculo de sospechosos, basándose en habilidades técnicas y otros factores relevantes. Además, el análisis de evidencias digitales puede revelar otras fuentes de pruebas, incrementando las posibilidades de construir casos sólidos contra los infractores.

Es crucial reconocer que la investigación de evidencias digitales no opera en aislamiento. Por el contrario, requiere una integración estrecha con métodos investigativos tradicionales, fusionando habilidades y conocimientos de diversos dominios. Este enfoque colaborativo es fundamental para rastrear la intersección entre las actividades digitales y su impacto en el mundo real, facilitando la construcción de casos robustos y la consecuente administración de justicia.

¿Te ha gustado este artículo?