En la era digital, las amenazas en internet evolucionan a la par que la tecnología. Lo que antes eran estafas de príncipes nigerianos o correos de amores lejanos, hoy se ha transformado en una amenaza que puede comprometer incluso a nuestros dispositivos más cotidianos como los frigoríficos inteligentes. Este cambio se debe en gran medida al auge de las criptomonedas, un fenómeno que no solo ha revolucionado el concepto de dinero sino también el de la ciberseguridad.
¿Qué son las criptomonedas?
Inicialmente, el Bitcoin abrió el camino, pero pronto se le unieron cientos de alternativas. Las criptomonedas son formas de dinero digital que no tienen representación física y se crean a través de la resolución de complejos problemas matemáticos, conocidos como hashes. Estas monedas digitales se obtienen mediante el uso de ordenadores que resuelven o verifican estas soluciones matemáticas, en un proceso conocido como minería.
Cada criptomoneda busca solucionar un problema específico que sus creadores creen que otras monedas no han resuelto. La minería de estas monedas requiere una cantidad considerable de recursos computacionales, lo que lleva a los mineros a invertir en equipos especializados y a consumir una gran cantidad de electricidad. A modo de ejemplo, en 2019, la minería de Bitcoin consumió tanta electricidad como toda Suiza.
¿Qué es el Criptojacking?
El criptojacking es un tipo de ataque cibernético donde los hackers instalan software malicioso en dispositivos ajenos, desde ordenadores personales hasta dispositivos móviles, para usar su potencia de procesamiento en la minería de criptomonedas sin el consentimiento del usuario. Este software opera de manera oculta y puede ser muy difícil de detectar.
El atractivo del criptojacking para los ciberdelincuentes es evidente: obtienen recursos gratuitos para la minería, generando ingresos a costa de la salud de los dispositivos y la red de sus víctimas. Este ataque no solo ralentiza los dispositivos sino que también incrementa el consumo de electricidad.
Impacto y Perspectivas Futuras
Con el auge de las plataformas de financiación descentralizada (DeFi), las criptomonedas han ganado popularidad y aceptación, ampliando las posibilidades de uso para los ciberdelincuentes. En el mundo de DeFi, los usuarios pueden prestar sus criptomonedas o depositarlas en fondos de liquidez, lo que también puede ser explotado por los criptojackers para generar ingresos pasivos.
El crecimiento continuo de las criptomonedas y DeFi hace que el criptojacking sea una amenaza cada vez más prevalente y sofisticada en el panorama de la ciberseguridad.
Conclusión
Mientras el mundo digital sigue avanzando, también lo hacen las técnicas que los ciberdelincuentes utilizan para explotar la tecnología emergente. El criptojacking es solo un ejemplo de cómo los viejos métodos de fraude se han adaptado a los nuevos tiempos, representando un desafío continuo para individuos y organizaciones por igual.