Biden y su ley para frenar la delincuencia

La Ley de Control de la Delincuencia Violenta y Orden Público de 1994, comúnmente conocida como la ley contra el crimen, marcó un punto crucial en la historia de la legislación estadounidense. Patrocinada hace más de un cuarto de siglo por el entonces senador Joe Biden, esta ley ha sido objeto de intensos debates y críticas, particularmente en lo que respecta a sus efectos en la comunidad afroamericana.

Contexto Histórico y Justificación Política

Durante la Convención Nacional Demócrata de 2020, se hizo mención a la Ley de Violencia contra las Mujeres, incluida en este amplio proyecto de ley. Sin embargo, las discusiones raramente abordan las partes más polémicas del mismo, que han generado acaloradas discusiones sobre sus implicancias sociales. Desde el inicio de su campaña presidencial, Joe Biden ha enfrentado preguntas recurrentes sobre su rol en la configuración de esta ley, resaltadas durante la selección de su compañero de candidatura cuando Karen Bass, presidenta del Caucus Negro del Congreso (CBC), proporcionó una perspectiva histórica enriquecedora.

Aunque la intención original de la ley era aumentar el encarcelamiento para combatir la delincuencia, su eficacia ha sido cuestionada, revelando un panorama complicado sobre su verdadero impacto. Partes de la ley, como la Ley de Violencia contra las Mujeres y la prohibición de las armas de asalto, siguen siendo populares entre los demócratas, mientras que otras han generado una revisión crítica sobre sus consecuencias a largo plazo.

Apoyo y Críticas dentro de la Comunidad Afroamericana

Es crucial destacar que, según una encuesta de Gallup de 1994, el 58% de los afroamericanos apoyaba el proyecto de ley, comparado con el 49% de los blancos. Alcaldes negros de ciudades asediadas por una ola sin precedentes de crímenes violentos también mostraron su respaldo, como lo destacó Kurt L. Schmoke, alcalde de Baltimore, al presionar al Congreso por apoyo bipartidista para la legislación.

Reexaminando el Impacto a Largo Plazo

Después de más de dos décadas, es imperativo reexaminar las políticas de encarcelamiento y vigilancia, especialmente en términos de las disparidades raciales generadas y los daños sociales causados. La prohibición de las armas de asalto, que solo duró diez años, y su impacto en los tiroteos masivos, sigue siendo un tema de debate complicado debido a la falta de una definición clara y uniforme de «armas de asalto» y «tiroteo masivo».

Joe Biden ha afirmado que la ley ayudó a reducir los asesinatos en masa, un punto respaldado por nuevas investigaciones que sugieren que las restricciones a los cargadores de gran capacidad tuvieron un efecto significativo en la reducción de muertes mientras la ley estaba en vigor.

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