Los peligros del sexting en menores

¿Qué es el sexting?

El sexting es el envío y la recepción de contenido sexual mediante el uso de tecnología y dispositivos. Esto puede incluir muchas herramientas diferentes, incluyendo el teléfono inteligente o la cámara web. El sexting puede considerarse una imagen, una línea de texto o incluso un vídeo.

La mayoría de las formas de sexting se envían entre cónyuges o personas que comparten una relación; sin embargo, muchas personas solteras, compañeros de trabajo y amigos en línea también pueden hacer sexting entre ellos. Es importante conocer los límites del sexting, ya que una vez que se envía algo explícito virtualmente, suele ser muy difícil de rastrear y eliminar.

La mayoría de las veces, las fotos o vídeos enviados a través de una aplicación en línea o de un teléfono móvil son casi imposibles de borrar por completo, y todos los que practican el sexting deben ser conscientes de sus acciones, así como de su “huella cibernética”.

Es el envío de “fotos o vídeos sexualmente sugerentes, desnudos o casi desnudos” . Su importancia como forma de comunicación romántica se pone de manifiesto en el hecho de que alrededor del 75% de los jóvenes adultos afirman haber practicado el sexting. Dicho esto, es más probable que envíen textos sexualmente explícitos que fotos de desnudos. Sin embargo, la definición abarca el envío tanto de fotos como de mensajes.


Lenhart (2009)

¿Qué implica?

Tanto los adolescentes como los adultos pueden participar en el sexting, pero a la gente le preocupa principalmente el intercambio de material sexualmente explícito entre menores, o entre menores y adultos. Muchos países tienen leyes relativas a la conducta lasciva que pueden aplicarse al sexting, como las leyes de pornografía infantil que prohíben la distribución de fotos de menores desnudos. Aunque el intercambio de material explícito entre dos personas no es una preocupación importante mientras las imágenes no pasen entre un menor y un adulto, el material puede pasar fácilmente a otras personas, incluidos los adultos que no pueden poseer legalmente imágenes sexualmente explícitas de menores.

Varios casos legales han implicado el sexting, desde un caso en el que un director fue procesado por tener imágenes sexualmente explícitas de menores en su teléfono hasta casos de ciberacoso en los que imágenes destinadas a una persona se distribuyeron a un gran grupo de personas con la intención deliberada de humillar. Dado que muchos jóvenes disponen de teléfonos móviles, el sexting puede encajar a menudo con el acoso, como cuando un ex novio o novia enfadado distribuye en masa imágenes y mensajes que se intercambiaron durante la relación.

Una foto compartida entre dos personas puede convertirse rápidamente en un fenómeno viral. Los adolescentes pueden creer que se mantendrá en privado y luego descubrir que se ha compartido ampliamente con sus compañeros, a veces con graves consecuencias. Entre ellas se encuentran las detenciones de adolescentes que han compartido fotos suyas o de otros menores de edad.

Aunque algunos países tienen leyes que diferencian el sexting de la pornografía infantil, otros no. El sexting puede dar lugar a cargos por distribución o posesión de pornografía infantil.

La intimidación, el acoso y la humillación son problemas comunes cuando las fotos y los mensajes se comparten más allá del destinatario previsto. Puede haber graves consecuencias emocionales y sociales, incluso suicidios de adolescentes que han compartido sus fotos.