Las huellas como prueba en una investigación

Las pruebas de huellas incluyen cualquier marca producida cuando un objeto entra en contacto con otro, dejando algún tipo de hendidura o huella. Entre estas pruebas se encuentran las huellas de calzado, las marcas de neumáticos y las marcas creadas por herramientas e instrumentos similares.

Huellas de calzado

Cada vez que un individuo da un paso, puede dejar una huella de calzado en la superficie. Dicha huella puede ser bidimensional, la que se deja sobre una superficie plana en algún material depositado, o tridimensional, la que se forma en una superficie blanda como el suelo. Existen numerosas técnicas para mejorar y recuperar las huellas del calzado, aunque, si es posible, siempre deben emplearse primero métodos no destructivos.

Las huellas bidimensionales pueden tratarse a menudo de forma similar a las huellas dactilares. La aplicación suave de un polvo fino puede revelar las huellas en superficies planas. Algunos productos químicos y tintes pueden mejorar la huella en superficies como el cristal o el azulejo. Sin embargo, el papel y otras superficies porosas similares simplemente absorberán esos productos químicos, haciendo inútil la huella. La aplicación de fuentes de luz alternativas puede mejorar las huellas bidimensionales del calzado. La fuente de luz debe colocarse de forma que ofrezca un ángulo bajo de luz incidente, creando sombras para proporcionar un contraste.

Uno de los métodos más comunes para recuperar las impresiones tridimensionales es crear un molde de la huella, normalmente utilizando yeso de París, piedra dental o un material de vaciado similar. El yeso se mezcla con una cantidad adecuada de agua y se vierte suavemente en la huella. Una vez fraguada, puede retirarse y tomarse para su examen y comparación.

Las impresiones en polvo son, obviamente, extremadamente delicadas, aunque pueden recuperarse cuidadosamente mediante un tratamiento electrostático. Un elevador electrostático hace pasar un voltaje a través de una fina capa de película conductora, que está compuesta por una capa inferior de plástico aislante negro con una capa superior de papel de aluminio. Las cargas electrostáticas hacen que las partículas de las impresiones salten a la parte inferior negra, recuperando la huella de polvo. Como el yeso dental emite calor al fraguar, evidentemente no es adecuado para realizar impresiones en la nieve. En este caso existen productos en aerosol, como la cera para impresiones en la nieve. Se aplica a la huella varias veces a intervalos de uno o dos minutos y se deja secar. A continuación, la huella se puede moldear de forma normal. También se puede utilizar azufre en forma de harina para moldear impresiones de nieve. Se hierve para producir un compuesto de fundición caliente que, al entrar en contacto con la nieve fría, se solidifica para producir un molde detallado.

Las huellas de calzado recogidas en el lugar del crimen pueden ser inútiles a menos que se disponga de muestras sospechosas para su comparación. Aplicando una película de aceite ligero a la suela de un zapato y presionándola contra una lámina de gomaespuma impregnada de aceite, se puede producir una huella de prueba. También se puede aceitar la suela y presionarla sobre un papel blanco liso, que luego se espolvorea con un fino polvo negro similar al que se utiliza para revelar impresiones latentes. Si se desea obtener una huella tridimensional, ésta debería producirse, a ser posible, con los mismos métodos y medios que la huella original.

Incluso si no se dispone de otras muestras para comparar, una huella de zapato recuperada puede aportar una gran cantidad de información. Casi todos los artículos de calzado llevan una suela con patrones distintivos, que los fabricantes diseñan cada vez más para que sean específicos. En algunos lugares, estos patrones se han almacenado en bases de datos para su comparación. Aunque estos patrones son idénticos para la misma marca y el mismo tipo de zapato, el proceso de fabricación o el uso general pueden conferir un cierto grado de individualidad. A medida que se usa un zapato, ciertos detalles se desvanecen en diferentes lugares, dependiendo del peso y la forma de caminar del usuario, y pueden producirse daños específicos. La talla del zapato, que puede obtenerse fácilmente examinando la huella recuperada, puede resultar útil, aunque no como identificador positivo.

Huellas de neumáticos

Dado que los vehículos pueden estar presentes en los lugares de los hechos, antes, durante o después del delito, pueden descubrirse en el lugar impresiones de neumáticos, generalmente dejadas en el suelo. La mejora y la recogida de éstas es similar a la de las huellas de calzado. Si se descubre una huella de neumático en el lugar de los hechos, debe buscarse también la huella correspondiente al neumático opuesto, ya que la distancia entre ellos puede aportar más información sobre el vehículo en cuestión.

Marcas de instrumentos

Los instrumentos y las herramientas utilizados durante un delito suelen dejar marcas en el lugar de los hechos, que pueden resultar útiles para establecer vínculos entre un objeto concreto y el lugar de los hechos. Los instrumentos más comunes se dividen en dos categorías: instrumentos cortantes e instrumentos de palanca. Entre los instrumentos cortantes más comunes se encuentran los cuchillos, los cortapernos y los taladros, y los destornilladores y las herramientas de palanca. Estos instrumentos suelen sufrir graves daños cuando se utilizan, lo que les confiere unos rasgos característicos que pueden dejar una huella distintiva en el lugar de los hechos. Se puede hacer un molde de la huella en el lugar de los hechos, normalmente utilizando un tipo de goma de silicona. Este molde puede compararse con otras huellas o instrumentos para establecer una correspondencia y determinar qué herramienta se utilizó. El propio molde será un negativo de la marca original, por lo que no debe compararse directamente con la herramienta sospechosa. En su lugar, el instrumento sospechoso puede utilizarse para realizar una serie de marcas de prueba en un medio similar.

Houck, M. M., & Siegel, J. A. (2010). Impression Evidence. En Fundamentals of Forensic Science (pp. 559–576). Elsevier.
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