El enfoque legal de las enfermedades mentales en la delincuencia

La relación entre enfermedad mental y delincuencia es compleja y polifacética. Aunque la mayoría de las personas con enfermedades mentales no son violentas ni delincuentes, ciertas afecciones pueden aumentar el riesgo de incurrir en conductas delictivas. Comprender este papel es crucial para desarrollar intervenciones legales, médicas y sociales adecuadas.

¿Qué factores contribuyen?

  • Sintomatología: Los síntomas específicos de los trastornos mentales, como los delirios, las alucinaciones o el deterioro del control de los impulsos, pueden contribuir al comportamiento delictivo. Por ejemplo, las personas con esquizofrenia grave no tratada pueden actuar bajo la influencia de sus delirios.
  • Consumo de sustancias: El abuso de sustancias y la enfermedad mental concurrentes (diagnóstico dual) aumentan significativamente el riesgo de conducta delictiva. El consumo de sustancias puede exacerbar los síntomas de la enfermedad mental o reducir las inhibiciones, dando lugar a actos delictivos.
  • Factores sociales y económicos: Las personas con enfermedades mentales a menudo se enfrentan a importantes retos sociales y económicos, como la pobreza, la falta de vivienda y el aislamiento social, que pueden contribuir a la conducta delictiva.
  • Problemas sistémicos: Los fallos en el sistema de salud mental, incluido el acceso inadecuado a los servicios de tratamiento y apoyo, pueden llevar a situaciones en las que las personas con enfermedades mentales no tratadas se involucran en conductas delictivas como un grito de ayuda o debido a la falta de alternativas.

Implicaciones jurídicas y sociales

  • Medidas preventivas: Reconocer el papel de las enfermedades mentales en la criminalidad subraya la importancia de las medidas preventivas, incluida la atención accesible a la salud mental, los servicios de apoyo social y los programas de intervención temprana.
  • Enfoque rehabilitador: En el caso de las personas con enfermedades mentales que han cometido delitos, el sistema jurídico reconoce cada vez más la necesidad de centrarse en la rehabilitación y no sólo en el castigo. Esto incluye tratamiento de salud mental, formación profesional y programas de reinserción.
  • Desarrollo de políticas: La comprensión de la compleja relación entre la enfermedad mental y la criminalidad es esencial para el desarrollo de políticas que aborden las causas profundas de la conducta delictiva entre esta población, garantizando tanto la seguridad pública como el bienestar de las personas con enfermedades mentales.

Interpretación jurídica de la salud mental en los actos delictivos

La interpretación jurídica de la salud mental en los actos delictivos es un área llena de matices, que refleja la compleja interacción entre el Derecho, la psicología y la psiquiatría. Esta interpretación es fundamental para determinar la responsabilidad penal, que depende de la comprensión del estado mental del acusado en el momento de cometer el delito. Los principios jurídicos fundamentales incluyen los conceptos de actus reus (el acto físico del delito) y mens rea (la intención mental de cometer el delito), junto con la evaluación de la capacidad del acusado para comprender y controlar sus actos.

Doctrinas jurídicas clave

  • Defensa por enajenación mental: Quizás el mecanismo legal más conocido para considerar la salud mental es la defensa por demencia. Diferentes jurisdicciones tienen diferentes normas, como la Regla M’Naghten, que se centra en si el acusado era incapaz de comprender la naturaleza y la calidad del acto o distinguir el bien del mal debido a una enfermedad o defecto mental.
  • Capacidad disminuida: Este concepto legal permite que la condición mental de un acusado sea considerada para determinar su capacidad de formar la intención necesaria para cometer un crimen. A diferencia de la defensa por demencia, la capacidad disminuida no absuelve al acusado de culpa, pero puede conducir a una acusación menor o a una sentencia reducida.
  • Incompetencia para ser juzgado: Este principio se refiere a si un acusado es mentalmente capaz de entender los procedimientos en su contra y participar en su defensa, lo cual es esencial para un juicio justo.

Retos y consideraciones

  • Determinación de la culpabilidad: El reto central en la interpretación legal de la salud mental es determinar con precisión la culpabilidad. Esto implica evaluar si una enfermedad mental afectó a la capacidad del acusado para formar su intención o controlar sus acciones.
  • Testimonio de expertos: Las evaluaciones de salud mental en los casos penales a menudo dependen en gran medida del testimonio experto de psiquiatras y psicólogos. Estos expertos evalúan al acusado y presentan conclusiones sobre su estado mental, que pueden influir significativamente en el resultado del caso.
  • Dilemas éticos y jurídicos: Equilibrar la necesidad de responsabilizar a los individuos por sus acciones con la comprensión de que las enfermedades mentales pueden afectar significativamente el juicio y el comportamiento plantea dilemas éticos y legales. El sistema judicial debe hacer frente a estos retos para garantizar un trato justo y, al mismo tiempo, proteger la seguridad de la sociedad.

En conclusión, la interpretación jurídica de la salud mental en los actos delictivos y el papel de la enfermedad mental en la criminalidad son áreas críticas que requieren una atención continua y una comprensión matizada. Mediante la integración de los conocimientos del derecho, la psiquiatría y las ciencias sociales, la sociedad puede afrontar mejor los retos que se plantean en esta intersección, con el objetivo de lograr resultados justos, compasivos y eficaces en la reducción de la delincuencia y el apoyo a las personas con enfermedades mentales.

Deniz D (2020) Mental Health and Risky Behaviors in the Context of Criminology. Forensic Leg Investig Sci 6: 048.

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